domingo, 20 de abril de 2008

Despertar


Un día más, Ana se levantaba dolorida por los golpes, aún latentes en sus mejillas, y se cubría con su bata de raso, dirigiéndose, lenta y quejumbrosamente, hacia la cocina, donde le esperaba un café, gran aliado de sus noches de pesadillas.

Tras desperezarse, cogía su novela de aventuras y comenzaba a leer pausadamente, acariciando cada una de las palabras impresas, transportándose hacia un mundo lleno de fantasía, donde podía ser pirata, princesa y hasta guerrero Masai; personajes valerosos, atrevidos y esperanzados que la hacían sentir viva y soñar despierta.

Por unos momentos, la invadía un sentimiento de libertad que recorría cada parte de su ser. Y se sentía viva. Llena de valor a través de esas palabras. Hasta que oía la puerta. Entonces, cerraba su libro y se echaba a temblar sabiendo lo que le deparaba tras ella.

Y despertaba.

DeRaNiRa

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