sábado, 27 de febrero de 2010

Teorema de la felicidad.


Rebelate.
Descubre tú mirada de prejuicio
y vístela de realidad,
pues hayarás en las cosas
un poco de verdad.

Acepta.
Despojado de beldades
y falso entender,
mira entonces tus males,
pues son tu bien.

Vive.
Cubrete de momentos
y disfrutalos,
pues haciéndolo
encontrarás la felicidad.

martes, 22 de abril de 2008

El motor del Mundo

Se ha dicho, desde tiempos inmemoriales, la máxima de que el amor mueve el mundo, que es el motor que nos hace funcionar. Pero a pesar de verlo, oírlo e incluso tocarlo, lo que es realmente tangible es que duele amar e incluso daña el cerebro humano. Lo arrincona tras haber hecho que sus circuitos salten y, aún así, dicen que amar es lo más maravilloso.

Mi entendimiento se quiebra ante el amor de una madre por un hijo, al que abandona y la rapidez con que se supera el remordimiento inicial. Mi materia gris se inflama ante las corrientes neurológicas aceleradas ante una cuestión ineludible: ¿es el amor inherente al individuo? Y si es así, acaso ¿hay personas en las cuales el amor causa estragos, adquiriendo el cariz de catástrofe?

Personas que, a pesar de amar, son repudiadas o menospreciadas. Personas que se hacen fuertes con las experiencias adquiridas de humillación, desdén o incluso centro de mofas. Estaría bien conocer los componentes que influyen para ser “el repudiado” o “el ser amado”. De esa manera está claro lo que elegiríamos, en eso no hay discusión, y para poder hacer felices a los hombres, llenando de amor sus vidas y, en definitiva, seguridad emocional. A ver si con ello conseguimos que el mundo sea un lugar mejor donde abundase la amabilidad, que proliferase la honestidad y que la confianza fuese la constante social.

De todas formas, a pesar de las dudas y, sobretodo, mi incredulidad ante este tema, he de decir que el único amor que merece la pena es el que prolifera de y para uno mismo, puesto que aceptándose uno, amando todo tu ser y bajo cualquier circunstancia y, en definitiva, mostrando tu independencia y dándote libremente, es cuando realmente experimentas esa grata sensación que es el amar y ser amado.

domingo, 20 de abril de 2008

Despertar


Un día más, Ana se levantaba dolorida por los golpes, aún latentes en sus mejillas, y se cubría con su bata de raso, dirigiéndose, lenta y quejumbrosamente, hacia la cocina, donde le esperaba un café, gran aliado de sus noches de pesadillas.

Tras desperezarse, cogía su novela de aventuras y comenzaba a leer pausadamente, acariciando cada una de las palabras impresas, transportándose hacia un mundo lleno de fantasía, donde podía ser pirata, princesa y hasta guerrero Masai; personajes valerosos, atrevidos y esperanzados que la hacían sentir viva y soñar despierta.

Por unos momentos, la invadía un sentimiento de libertad que recorría cada parte de su ser. Y se sentía viva. Llena de valor a través de esas palabras. Hasta que oía la puerta. Entonces, cerraba su libro y se echaba a temblar sabiendo lo que le deparaba tras ella.

Y despertaba.

DeRaNiRa

Buscando el Sentido

Seguimos vivos y cada vez que miramos nuestras manos volvemos a asombrarnos del milagro de la vida, la sangre corre por nuestras venas azuladas por la intrusión de la luz en nuestra piel y el reflejo de ésta a nuestras retinas, nuestro corazón bombea, incluso cada vez con más fuerza, nuestros andares son continuos y acelerados... Seguimos inherentemente vivos.
Seguimos vivos y nos cuestionamos el porqué de ese milagro, cuestionamos nuestro destino, valía e incluso nuestra razón de subsistencia en un mundo irascible, intolerante y lleno de contradicciones. Y vivimos.

DeRaNiRa